El triste adios
Unas palabras para vos, mi sabia maestra. Me ha dado la oportunidad de aprender a través de tu ejemplo, de tus enseñanzas y la paciencia que le has dedicado a humildes servidores como yo.
Echaré de menos nuestras charlas, los momentos para sonreír, los ratos para meditar, el tiempo para aprender y enseñar. En mi corazón está su espíritu y en mi espíritu llevo la fragancia de su gran labor en mi persona. Por siempre fiel, procuraré trabajar como habéis enseñado y dejar atrás los vicios que este viejo tiene hartamente gastados.
Gracias por la fórmula inolvidable del aprendizaje, la tolerancia y todo aquello que no se pueda definir con palabras.
Echaré de menos nuestras charlas, los momentos para sonreír, los ratos para meditar, el tiempo para aprender y enseñar. En mi corazón está su espíritu y en mi espíritu llevo la fragancia de su gran labor en mi persona. Por siempre fiel, procuraré trabajar como habéis enseñado y dejar atrás los vicios que este viejo tiene hartamente gastados.
Gracias por la fórmula inolvidable del aprendizaje, la tolerancia y todo aquello que no se pueda definir con palabras.
1 Comments:
Hola:
Tu blog es muy bueno, te felicito, escribes muy padre, sigue asì!
Liz
Publicar un comentario
<< Home